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Apoyo a Madres Trabajadoras: Buenas Prácticas desde Recursos Humanos

En el contexto de una sociedad que avanza hacia mayor equidad e inclusión, el apoyo a las madres trabajadoras se ha convertido en una prioridad para muchas organizaciones. Desde el área de Recursos Humanos, ya no basta con cumplir lo mínimo exigido por la ley; hoy, las empresas están llamadas a desarrollar políticas activas, empáticas y sostenibles que favorezcan la conciliación entre la vida laboral y familiar.

El desafío de compatibilizar maternidad y trabajo

Ser madre y trabajadora sigue siendo, para muchas mujeres, una constante búsqueda de equilibro. Jornadas extensas, falta de redes de apoyo y culturas laborales poco flexibles son solo algunas de las barreras que enfrentan a diario. Frente a este escenario, las áreas de Recursos Humanos tienen un rol fundamental: crear condiciones reales de apoyo que permitan a las madres desarrollarse profesionalmente sin sacrificar su bienestar ni el de sus familias.

Buenas prácticas que marcan la diferencia

Diversas empresas en Chile y América Latina están implementando políticas innovadoras que ya muestran impactos positivos en la retención de talento, el clima organizacional y la productividad. Algunas de estas buenas prácticas incluyen:

1. Flexibilidad laboral

Más allá del teletrabajo ocasional, algunas organizaciones han establecido horarios adaptables, jornadas reducidas postnatal, o la posibilidad de trabajar por objetivos. Esta flexibilidad permite a las madres organizar mejor su tiempo y balancear mejor su vida laboral y familiar.

2. Licencias extendidas y reingresos acompañados

Extender el permiso postnatal o permitir un reingreso progresivo es una muestra concreta de empatía. Algunas empresas ofrecen mentorías o programas de acompañamiento para facilitar la reinserción y disminuir la brecha profesional postmaternidad.

3. Espacios y servicios de cuidado

La habilitación de salas de lactancia, convenios con jardines infantiles o apoyo económico para cuidado infantil son acciones altamente valoradas. Estos espacios no solo cumplen con la normativa, sino que transmiten un mensaje claro de cuidado y compromiso con el bienestar de las madres trabajadoras.

4. Cultura organizacional inclusiva

La implementación de políticas no sirve de nada sin un entorno que las respalde. La capacitación a líderes y la erradicación de sesgos de género son claves para construir una cultura organizacional donde ser madre no sea un obstáculo, sino una experiencia valorada.

Un compromiso con la equidad y el talento

Apoyar a las madres en el entorno laboral no es un favor, es una decisión estratégica. Diversos estudios han demostrado que las organizaciones que promueven políticas de conciliación tienen mayores niveles de compromiso, menor rotación de personal y mejor desempeño general.

Mientras avanzamos hacia modelos de trabajo más humanos y sostenibles, el apoyo a madres trabajadoras debe consolidarse como un eje central en la gestión del talento. No se trata solo de beneficios, sino de reconocer que detrás de cada colaboradora hay una historia, una familia y un derecho legítimo a desarrollarse en plenitud.

Porque una empresa que cuida a sus madres, es una empresa que cuida su futuro.

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